Read Amos y Mazmorras II Online

Authors: Lena Valenti

Tags: #prose_contemporary

Amos y Mazmorras II (41 page)

El equipo de Markus salió del bosque y redujo a los Villanos que intentaban huir.
Lion corrió tras Venger, que se metía en la frondosidad selvática de la isla.
Cleo corrió a ayudar a Nick, pues lo veía muy malherido. Y cuando estuvo a punto de llegar a él, Xavier lo alcanzó antes y cogió una punta cortante de un
flogger
para dirigirla a la garganta de Nick.
—¡Suéltale, Xavier! —gritó Cleo apuntándole fijamente con su semiautomática.
Xavier ya no tenía puesta la máscara. Era un hombre atractivo, tan guapo como había sido su hijo.
—¿Dónde está Billy? —gritó nervioso—. ¿Qué haces viva?
—Tu hijo ha pasado a mejor vida, Xavier. Ahora podrá descansar. Tanta maldad no es buena...
—¡No! —gritó Margaret dejándose caer de rodillas y arrancándose la máscara con rabia y desesperación—, ¡nooooo! —lloraba poniéndose las manos a la cabeza—. ¡Mi niñoooo!
Xavier no sabía cómo reaccionar; así que tocó la piel de la garganta de Nick con el filo del metal.
—¡No te muevas, Xavier! —le advirtió—. O te dispararé...
—¿Cómo escapaste? —preguntó pálido.
—Supongo que cuando alguien no quiere estar realmente sometido a otra persona, siempre encuentra el modo de escapar —contestó sin perder de vista a Margaret, que tenía una vara de pinchos en la mano—. Deja eso, Margaret —la amenazó—. Vuestro juego se ha acabado. Os hemos descubierto. Mirad a vuestro alrededor... Se acabó.
—¡Nooooo!
Margaret se alzó y corrió a por Cleo con la vara de pinchos en la mano. Al mismo tiempo, Xavier clavó el pincho metálico en el cuello de Nick.
Cleo disparó. La bala se incrustó en el cráneo de Xavier, entre ceja y ceja, y cayó fulminado. La agente intentó esquivar el mazazo de la fusta de Margaret, pero le dio de refilón en el hombro.
—¡La madre que te parió! —gritó Cleo quejándose, echándose a un lado y dándole un rodillazo en el estómago de la bestia salvaje que había poseído el cuerpo de esa mujer.
Margaret quedó doblada por la mitad, agarrándose el vientre, ovillada.
Cleo apuntó a la cabeza.
«Los impulsos de los seres humanos no son racionales cuando nos tocan aquello que debemos proteger. Puedo entender la ira», había contestado en su entrevista personal. Sí, podía entender la ira. Podía entender la rabia y la impotencia de saber que había personas como Margaret, Xavier, Claudia, Billy, Venger, Belikhov..., que jugaban con las personas y les hacían daño porque... Porque podían. Tenían tanto poder y estaban tan por encima de todos que les aburría la vida. Y lo único que realmente les excitaba era el poder de dar o quitar el aliento a los demás. Ser dioses.
Ella había sufrido el sadismo de otros en sus propias carnes. Y sabía que Leslie, Nick, Lion... Todas esas personas a las que quería, también habían sufrido a manos de ellos. En su mano, tenía el poder de decidir si la enferma mental de Margaret debía seguir respirando.
¿Por qué? ¿Qué bien hacía?
Y, sin embargo, en vez de matarla, tomó el mango del arma y golpeó con ella la nuca de la asesina. Margaret quedó inconsciente.
Cleo bajó su semiautomática y puso el seguro. Qué orgulloso estaría Stewart de ella; y qué feliz haría al cura que le hizo la catequesis. Al final, ante la posibilidad de tomarse la venganza por su mano, decidía otorgar vida. La deberían beatificar.
Había comprendido que matar a Margaret no acabaría con la maldad ni la rabia. Ella no era el origen. Para una mujer de la aristocracia orleanina sería mucho peor que todo el mundo entendiera quién era ella. Qué tipo de sádica y sociópata habían invitado a eventos y fiestas estatales. Eso sería peor para ella que darle una muerte fácil; que por otra parte, era lo que realmente deseaba.
Se pudriría en la cárcel. Y esperaría a que jugaran con ella en las duchas y en las celdas. Seguro que le gustaría. Tenía unas inclinaciones un tanto... turbias.
Cleo alzó la cabeza y, orgullosa de su reacción, corrió a socorrer a Nick.
A su alrededor, nadie hacía caso de nada. Unos huían y los otros perseguían; los agentes disparaban paralizantes, y los cuerpos de los villanos se veían caer uno a uno en el mar, como enormes moscas afectadas por un insecticida invisible.
Nick perdía mucha sangre por el cuello. Cleo taponó la herida y apoyó su cabeza rubia sobre sus rodillas.
—Cleo... —dijo Nick tiritando.
—Estoy aquí, Tigretón —le acarició el rostro—. No te vas a morir, pero tienes una herida muy fea en el cuello. Señor... Y creo que tienes el brazo partido —murmuró divisando la fractura que sobresalía de su antebrazo.
—No importa. Sophie... Louise...
—¿Sophie? —Cleo frunció el ceño—. ¿Sophiestication? —preguntó sin comprender.
—Sí... Sácala del barco.
—¡Pero si la habías echado! ¿Qué hace ahí?
—La cogieron en... —Nick tragó saliva y se quejó—. No salió de la isla. Los Villanos la querían. La iban a vender... la tienes que sacar de ahí... Por favor... Dentro del yate hay sumisas que se han expuesto para ser vendidas a postores millonarios. Han pujado por ella... Y yo me negué. Venger me pidió que me callara. Yo me volví a negar... —Cerró los ojos desmayándose del dolor—. Me retó a un duelo de caballeros, y luché con él. Pero el hijo de puta tenía objetos y yo no... Me ganó; y decidió que Thelma debía pagar por mi intromisión, porque, al ser su sumiso, no había sabido adiestrarme para obedecer órdenes. Y... —Nick desvió la mirada a la cabeza de la rubia ama —... Joder...
Cleo abrió los ojos sorprendida.
—No mires, Nick. —Tenía que dejar ver aquella cabeza decapitada—. No es culpa tuya...
Nick lloraba desconsolado.
—Nick... —Cleo pegó su frente a la de él—. ¿Por qué protegiste a Sophiestication? Era solo una concursante...
—No —negó con la cabeza—. No es una concursante. Es Sophie. Mi ex mujer.
Cleo abrió la boca y tardó varios segundos en reaccionar. El tetris cerebral de la agente empezó a funcionar.
—Nick... —¿Sería posible que todo tuviera relación?—. Tu mujer te puso una orden de alejamiento, ¿verdad? Y se llama Sophie.
—Sí.
—¿Os divorciasteis porque... —»A ver cómo le digo yo esto»— ella se asustó cuando tú tomaste un papel más dominante del que estaba acostumbrada en la cama?
Nick gimió de dolor y los párpados se le cerraron. Asintió con patente debilidad.
—Tienes una niña pequeña que no te ha dejado ver...
—¿Cómo sabes tú... eso? —inquirió incrédulo—. ¿Te lo ha contado Lion?
—No. Lion no me cuenta nada sobre vosotros.
Cleo miró al cielo y negó con la cabeza. Sophie la había acompañado en el vuelo de ida desde Nueva Orleans a Washington; y estaba decidida a recuperar a su marido, a recuperar a Nick metiéndose en
Dragones y Mazmorras DS
con él. Nick la había descubierto al compartir trío con ella y Thelma, y por eso la había echado. Había echado a Miss Sophiestication del torneo porque se trataba de su ex mujer.
—Sácala de ahí —repitió Nick con una orden alta y clara—. Ahora.
—Sí, Nick. —Miró al yate, que ya estaba siendo asaltado por los agentes del FBI y de la SVR. Habían reducido a los tiradores—. Ya lo están haciendo. Los sacaremos de ahí a todos. ¿Qué ha pasado con Prince, Sharon y los demás?
—La última jornada fue contra los Hombres lagarto... Nosotros no jugamos contra ellos porque conseguimos la llave... Joder... Nunca había visto a tantas parejas pronunciando el
codeword
. Esos tipos y tipas daban miedo de verdad. Y, después, a los finalistas, inmediatamente, nos prepararon para el duelo con los Villanos.
—¿Quiénes fueron las parejas finalistas?
—Brutus y Olivia, Cam y Lex, Thelma y yo... Todo el mundo se extrañó al no veros. Sharon y Prince no quedaron muy convencidos por vuestra exclusión, e hicieron... Hicieron todo tipo de preguntas que los villanos cortaron de cuajo. La Reina y las criaturas no quedaron satisfechos con su actitud, pero al final se presenciaron como jueces en el desenlace. Y cuando acabó el torneo todos se fueron al hotel a celebrar el fin del campeonato.
Cleo miró hacia el horizonte. La isla de Saint Croix, que era donde se jugaba la final, estaría despierta y atenta ante todos los movimientos de helicópteros, lanchas y sirenas, que estaban teniendo lugar en Savana Island.
—¿Ha habido premio de consolación para los demás?
—Les han regalado un viaje a Luisiana, a Nueva Orleans. Y han recibido un cheque de diez mil dólares cada uno... —Nick sonrió y tosió. La herida del cuello sangró con más fuerza—. Pero...
—Ya vale, Nick. No hables más —ordenó, preocupada por él.
A lo lejos se escucharon dos disparos y Cleo, estremecida, miró hacia el interior del bosque. ¿Qué había pasado? ¿A quién habían disparado? ¿Lion?
—¡Lion! —gritó con todas sus fuerzas.

 

 

 

Lion corría por la selva, golpeándose con los matorrales y con las raíces que crecían de incógnito en el suelo.
Tenía a Venger al alcance de la mano; el tipo corría como una gacela, pero la gacela no podía con el rey de la selva.
Lo placó a la altura de las rodillas; y los dos cayeron al suelo. La hierba y la arena húmedas amortiguaron el golpe.
Venger le asestó una patada en la cara; y después Lion lo volvió a coger del tobillo para que no huyera. Se encaramó sobre él, como un mono trepador, y le puso las manos a la espalda, inmovilizándole.
—Hola, enfermo hijo de perra —gruñó sacando unas esposas, que colgaban de la parte trasera del mono—. Vas a ver qué de que pollas y porras hay en la cárcel. Verás cuánto te gusta... En prisión hay amos del calabozo de verdad.
—Saldré. Saldré de ella —murmuró sin preocupación, forcejeando con el agente—. Tú no sabes quién soy...
—Sí. Sí que lo sé... Eres Venger, el villano de
Dragones y Mazmorras
—susurró en su oído—. Pero ese papel solo existe en tu mente. En realidad, eres un cobarde.
—No es cierto. Existo en la mente de todos. Yo soy el mal —se echó a reír de forma histérica.
—Eres anormal. Tienes razón. Andando —Lion lo levantó del suelo de un plumazo, y lo empujó para que caminara delante de él.
¿Quién sería ese tipo para que toda aquella gente lo siguiera?
No tardarían en descubrirlo.
Lion y Venger caminaban juntos, recorriendo el trayecto de vuelta que habían tomado en la persecución.
Lo habían conseguido. Lion sonrió. Los tenían. Tenían a los putos Villanos. Puede que no a todos los que eran, pero eran todos los que estaban; de eso estaba seguro.
Y Cleo... Su Cleo había estado sublime. Dios... ya se estaba imaginando cómo celebrarían la finalización del caso.
Venger tropezó y se quedó acuclillado en el suelo, casi de rodillas.
—Levántate. Vamos —ordenó Lion, yendo a por él para ayudarlo a incorporarse.
Y, entonces, algo sucedió.
Algo que Lion no comprendió hasta que notó el dolor muy adentro de él.
Venger se había dado la vuelta con rapidez y había embestido con la cabeza en su estómago, de manera que el cuerno que tenía en la sien izquierda, atravesara el lado derecho de sus costillas.
Lion abrió los ojos azules y exhaló cuando Venger se levantó y extrajo el cuerno. Ahora lucía ensangrentado sobre su cabeza.
Consternado, pero no lo suficiente como para no ver el siguiente movimiento de Venger, Lion levantó su pistola y disparó a sus dos rodillas. Venger gritó de dolor, chocando contra la raíz de un árbol.
Lion se llevó la mano a la herida de las costillas. Seguro que así debía sentirse la cornada de un toro. El cabrón lo había ensartado con ese ridículo cuerno que llevaba en la cabeza.
Luchando por respirar, y pensando en lo mucho que se reiría Cleo de él si supiera cómo había caído, cerró los ojos, y esperó a que el frío le cubriera y llegara la oscuridad.
 
Capítulo 17

 

 

«A veces, en las cadenas de la sumisión, se halla la verdadera libertad».

 

Tres días después
Hospital George Washington

 

Cleo
estaba sentada frente al subdirector del FBI, Elias Montgomery. Repasaban juntos el informe que Cleo había redactado. Estaba acostumbrada a hacerlos ella misma en Nueva Orleans y no le había importado redactarlo para el FBI.

 

FECHA: 2012-07-26
FUENTE: SVR/FBI
CLASIFICACIÓN: CONFIDENCIAL
CONFIDENTIAL WASHINGTON 000328

 

SIPDIS: AMOS Y MAZMORRAS
LK POR CLEO CONNELLY
KL POR LION ROMANO
MP POR LESLIE CONNELLY

 

E.O. 32561: DECL: /23/2012
ETIQUETAS: Trata de blancas, sodomización, prostitución, esclavitud, tráfico de drogas
SUJETO: TFH04: Abierto y cerrado: el caso de
Amos y Mazmorras
REF: WASHINGTON 939
Clasificado por: FBI Elias Montgomery

 

En él, Cleo resumía los doce meses de formación de los agentes Nick Summers, Leslie Connelly, Lion Romano, Karen Robinson y Clint Myers en el mundo de la dominación y la sumisión para resolver e investigar los homicidios de Irina, Katia, Marru y Roxana y, por otro lado, por el consumo de una variación nunca vista de
popper
y
crystal
.
Habló del descubrimiento del foro rol
Dragones y mazmorras DS
y la llegada del segundo torneo que se celebraba ese mismo año. Explicaba cómo asumieron sus roles e investigaron a todas las Criaturas hasta averiguar que eran los Villanos los que manejaban todos los hilos.
Después de eso, y a pocos días de que empezara el torneo, Leslie desapareció; y, tristemente, se halló el cadáver de Clint, muerto por asfixia.
En el informe se detallaban los cuatro días de jornada del torneo, así como el descubrimiento de la variación del
popper
con
crystal
, con Keón como químico, que mejoraba la anterior fórmula y no provocaba choques anafilácticos.

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