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Authors: Jack London

Colmillo Blanco (32 page)

Convertido verdaderamente en un prisionero, privado hasta de los movimientos por impedírselo vendas y tablillas, la enfermedad de Colmillo Blanco fue alargándose durante semanas enteras. Dormía mucho y soñaba continuamente, desfilando por su memoria toda una procesión de visiones de la tierra del norte, todos los fantasmas del pasado que volvían a aparecérsele ahora. Una vez más creyó vivir en el cubil con
Kiche
; arrastrarse temblando hasta
Castor Gris
para demostrarle su sumisión, y huir de
Lip-Lip
y de toda aquella loca jauría de cachorros que lo perseguían.

Volvió a correr, en medio de un inmenso silencio, buscando la carne viva que debía alimentarlo durante los meses del hambre, y también como guión del trineo, mientras detrás de él restallaban los látigos de
Mit-sah
y de
Castor Gris
, y resonaban los gritos de «¡Ra! ¡Raa!» al llegar el tiro a un paso demasiado estrecho que lo obligaba a apiñarse, como un abanico que se cierra para poder pasar… Vivió de nuevo aquellos terribles días del Hermoso Smith, con sus feroces luchas. En aquellos momentos se le oía gemir en sueños, y los que lo contemplaban decían que tenía pesadillas.

Pero una de ellas en especial solía atormentarlo: se le aparecían unos monstruosos y estridentes automóviles eléctricos que para él eran como colosales linces armando un terrible griterío. Él estaba oculto en un matorral acechando el momento en que cierta ardilla se alejaría del árbol en que se refugiaba y se atrevería a corretear por el suelo. Pues bien: en el momento en que iba a saltarle encima, la veía transformarse en un automóvil eléctrico, amenazador, horrible, que se elevaba por encima de él como una montaña, chillando, rechinando y escupiendo fuego contra él. Lo mismo ocurría cuando retaba al halcón para que descendiera del espacio. Descendía, en efecto, pero al arrojarse contra él, se convertía también en aquel automóvil eléctrico que tenía el don de la ubicuidad. O bien Colmillo Blanco se hallaba en la jaula en que lo tenía aprisionado Smith. Fuera de la jaula se agrupaban multitud de hombres, y él sabía que la lucha iba a empezar. Fijos los ojos en la puerta, esperaba que entrara su enemigo, y de repente el que aparecía era aquel horroroso automóvil. Mil veces se repitió lo mismo, y cada vez el terror que aquello le producía era indescriptible. Al fin llegó el día en que le quitaron las últimas vendas y tablillas. Para los de la casa fue como un día de gala. Todo Sierra Vista se había congregado en torno al perro. El amo le restregó las orejas cariñosamente y él le correspondió con aquella nota especial que ponía en el gruñido con que expresaba su amor. La esposa del amo le llamó
lobo bendito
y el nombre les pareció muy bien a las mujeres de la casa, que lo adoptaron para designarlo.

Trató de incorporarse y, tras repetidos esfuerzos, dio con su cuerpo en el suelo por efecto de la gran debilidad. Había estado echado tanto tiempo que sus músculos se hallaban entumecidos y sin fuerza, lo que le hizo sentirse avergonzado, como si fuera aquella una falta en el servicio que los dioses le habían encomendado. Esta misma impresión le hizo realizar nuevos y heroicos esfuerzos para levantarse, hasta que al fin lo logró. Se quedó en pie, balanceándose y cabeceando.

—¡Pobrecillo! ¡Bendito lobo! —exclamaron a coro las mujeres.

El juez Scott las miró con aire de triunfo.

—Vosotras mismas lo habéis dicho: lobo —observó—. Lo que yo afirmé siempre que era. De haber sido un perro como los demás, nunca hubiera hecho lo que hizo. Lobo y bien lobo es.

—Sí, nuestro bendito lobo —le corrigió su esposa—. Bueno, está bien. Pues así le llamaremos en adelante.

—Va a tener que aprender de nuevo a andar —dijo el cirujano—. Lo mejor será que le hagamos empezar desde ahora. No ha de hacerle ningún daño. Llévenlo ustedes fuera de la casa.

Y lo llevaron a pasear al aire libre. Fue más mimado y atendido que un rey, con toda Sierra Vista para cuidarlo. Tan débil se hallaba, que en cuanto llegó al prado, se tendió sobre la hierba y descansó un rato.

Luego, aquella especie de procesión se reanudó. Con el uso se restableció la circulación de la sangre de los músculos del animal y Colmillo Blanco recuperó su fuerza. Llegaron hasta donde estaban los establos y se encontraron a
Collie
echada con media docena de cachorrillos que jugueteaban al sol.

Colmillo Blanco contempló aquel espectáculo con ojos sorprendidos.
Collie
le gruñó para advertirle que no se acercara, y él se quedó a cierta distancia. Entonces el amo le acercó, empujándolo con el pie, uno de los cachorros, que se revolcó por el suelo. Con los pelos erizados, él miró recelosamente; pero el amo lo tranquilizó, haciéndole comprender que no había nada que temer. Pero
Collie
, a la que las mujeres mantenían fuertemente abrazada, volvió a gruñir para manifestar que ella no consentiría que se propasara.

El cachorro seguía revolcándose frente a él. El convaleciente animal enderezó las orejas y lo contempló curiosamente. Entonces ambos acercaron el hocico hasta tocarse, y Colmillo Blanco sintió que la tibia lengüecita del cachorro le lamía la mejilla. Sin saber por qué, él también sacó la lengua y en justa correspondencia le lamió igualmente la cara.

La escena fue acogida por los dioses con gritos de júbilo y aplausos. Sorprendido el animal, los miró a todos perplejo. Después volvió a sentir una invencible debilidad, se echó, enderezó de nuevo las orejas, ladeó algo la cabeza y se quedó contemplando al cachorrillo. A ellos se acercaron también los demás hermanos, andando y revolcándose, no sin que
Collie
se mostrara profundamente disgustada al verlo.

Colmillo Blanco permitió que todos los cachorros se le subieran encima, gateando y dando tumbos. Al principio, y entre los regocijados aplausos de los dioses, demostró algo de su antigua reserva y ensimismamiento, como si hallara la situación un tanto embarazosa. Sin embargo, pronto se disiparon su embarazo y su torpeza, a medida que los cachorros insistían en sus grotescos jugueteos y se tomaban libertades con él. Al fin, se tendió con abandono todo lo largo que era, con los ojos medio cerrados. Y dormitó al sol.

GLOSARIO

ACERICO: Bolsita de tela rellena de un material blando que se usa para clavar en ella alfileres y agujas.

ALCE: Mamífero rumiante parecido al ciervo pero con mayor corpulencia, que tiene el cuello corto, cabeza grande, hocico muy grande, pelaje oscuro, y unos cuernos muy desarrollados en forma de pala con los bordes muy recortados; anta.

ANTA: Mamífero rumiante parecido al ciervo pero con mayor corpulencia, que tiene el cuello corto, cabeza grande, hocico muy grande, pelaje oscuro, y unos cuernos muy desarrollados en forma de pala con los bordes muy recortados. De la piel de las antas se obtiene el ante; alce.

BAHÍA DE HUDSON: Gran mar interior de Canadá, entre las provincias de Quebec, Ontario, Manitoba y territorios del noroeste.

BELFO: En un caballo o en otros animales, cada uno de sus labios.

CALESÍN: Carruaje ligero, de cuatro ruedas y dos asientos, del cual tiraba una sola caballería.

CANALETE: Remo con la pala ancha en uno o en cada uno de sus extremos y que no se apoya en la barca para remar.

CÁRCEL DE SAN QUINTIN: Primera cárcel de máxima seguridad americana, situada en California.

CARIBÚ: Mamífero parecido al reno, de orejas cortas, pelo suave y cuernos ramificados, que vive principalmente en zonas del norte del continente americano.

CELADA: En una armadura, pieza que cubría y protegía la cabeza.

CHIRLO: Herida alargada en el rostro.

CÍRCULO POLAR ÁRTICO: Círculo menor del hemisferio boreal que se considera en la esfera celeste paralelo al ecuador y que pasa por los polos de la elíptica.

COMADREJA: Mamífero carnívoro, de cabeza pequeña, patas cortas de uñas muy afiladas, de pelaje pardo por el tomo y blanco por el vientre, y que se mueve con gran agilidad y rapidez.

DAWSON: Ciudad de Canadá, situada en el territorio del Yukón, famosa por sus minas de oro.

DOGO: Perro que se caracteriza por su gran tamaño y por tener el pelaje oscuro o blanco con manchas negras; gran danés.

DUCTILIDAD: Blandura de carácter o tendencia a conformarse fácilmente con todo y a ceder a La voluntad de otros.

EPITAFIO: Texto o inscripción dedicados a un difunto y que generalmente se ponen sobre su sepulcro.

ESCOPLO: Herramienta formada por una barra de hierro acerada terminada por un corte oblicuo y generalmente unida a un mango de madera que se utiliza para hacer cortes en la madera o para labrar la piedra.

FACTORÍA: Fábrica o complejo industrial.

HENAR: Terreno plantado de heno.

HIRSUTO: Referido al peto, que es duro y áspero; híspido.

INTENDENTE: En una colectividad, persona encargada del abastecimiento.

JAEZ: Adorno que se pone a las caballerías, especialmente referido a las cintas con las que se trenzan las crines.

KLONDIKE: Río y distrito de Canadá en el territorio del Yukón. Se une a este territorio cerca de Dawson City.

LABRADOR: Península de América del Norte, en Canadá, limitada al norte por el estrecho de Hudson, al sur por el Atlántico y al oeste por la bahía de Hudson. Está casi deshabitada, pero es rica en minerales.

LIBRA: En el sistema anglosajón, unidad básica de peso que equivale aproximadamente a 453,6 gramos.

MACKENZIE: Río de Canadá que riega el distrito que lleva su nombre.

MITÓN: Guante de punto que deja al descubierto los dedos.

MURRIA: Tristeza que produce melancolía.

MUSGAÑO: Pequeño mamífero insectívoro, semejante a un ratón, pero con el hocico largo y puntiagudo.

NARRIA: Cajón o escalera de carro, utilizada para llevar arrastrando cosas de gran peso.

OMNISCIENTE: Que posee conocimiento de todas las cosas reales o posibles: omnisapiente.

PALMO: Unidad de Longitud que equivale aproximadamente a 20 centímetros; cuarta.

PALÚDICA: De[ paludismo (enfermedad caracterizada por fiebres altas o intermitentes, transmitida por la picadura del mosquito anófetes hembra), o relacionada con esta enfermedad.

PASTIZAL: Terrenos de pasto abundante.

PERDIGÓN: Pollo o cría de la perdiz.

PINOCHA: Hoja de pino.

PULGADA: En el sistema anglosajón, unidad de longitud que equivale aproximadamente a 2,5 centímetros.

PULPEJO: En la palma de la mano, parte carnosa y blanda, especialmente de la que sale el dedo pulgar.

QUIJADA: Cada una de las dos mandíbulas de un vertebrado que tiene dientes.

QUININA: Sustancia vegetal, amarga y de color blanco, que se extrae de la corteza del quino y que tiene la propiedad de disminuir la fiebre.

RAIGÓN: Raíz de las muelas y los dientes.

REDAÑO: Repliegue membranoso del peritoneo que une el intestino con la pared del abdomen.

RENUEVO: Ramo tierno que echan un árbol o una planta después de haber sido podados o cortados.

RIBAZO: Terreno con una pendiente pronunciada, especialmente el que divide dos fincas que están a distinto nivel.

SEÑUELO: Lo que sirve para atraer a alguien o convencerlo de algo con engaño.

SEPTENTRIONAL: En astronomía o geografía, del septentrión o del norte; boreal.

SOTAVENTO: En una embarcación, lado o dirección opuestos al lado por donde viene el viento.

TIERRAS BOREALES: Tierras situadas en la región boreal, es decir, septentrional.

TRAÍLLA: Pareja de perros de caza atados con una correa.

TRALLAZO: Golpe violento.

VALLE DE SANTA CLARA: En Santa Clara, ciudad del Estado de California, al sur de San Francisco.

VAPOR: Barco que navega movido por una o varias máquinas de vapor.

VENTOR: Animal que, guiado por su olfato y el viento, busca un rastro o huye del cazador.

VERDERON: Pájaro cantor parecido al gorrión que tiene el plumaje gris con manchas verdosas en las alas y en la base de la cola.

WASAM WABISCA IP PIT TAH. ¡Mirad! ¡Qué blancos tiene los colmillos!

YUGULAR: Cada una de las dos venas que hay a un lado y a otro del cuello.

YUKÓN: Río de América del Norte, que nace en Canadá, pasa por Dawson, penetra en Alaska y desemboca en el mar de Bering. Da nombre a un territorio de Canadá.

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