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Authors: Aurora Seldon e Isla Marín

Tags: #Erótico

Confirmación (8 page)

—Este polvo será memorable —susurró—. ¿Crees que nuestras camisetas estarán aún allí?

—Eso espero, me gusta mucho la mía. —Tommy miró a un lado y se sorprendió al encontrar el casi siempre ausente rollo de papel. Cogió un poco, se limpió y limpió a Sasha antes de volver a vestirse—. Vayamos a buscarlas; si siguen ahí, las habrá pisoteado todo el mundo y lo más seguro es que no podamos ponérnoslas con toda la mierda que llevarán encima, pero al menos las recuperaremos.

Apenas llegaron al pasillo, divisaron a un sonriente Richie, que agitaba las camisetas como trofeo y les hacía señas.

—Tu amigo no está mal —le dijo a Sasha—. Pero prefiero besar a Tommy. —Y uniendo la acción a sus palabras, rodeó con los brazos la cintura del moreno.

—¿Dónde lo has dejado? —preguntó Sasha.

—Por allí. —Richie hizo un gesto vago, señalando la pista—. Sus dos acólitos vinieron a rescatarlo y se quedó con ellos.

—Pues aprovechemos que no nos ven y larguémonos —dijo Tommy con una sonrisa maliciosa. Se lo estaba pasando bien en la disco, pero saber que esos estaban por ahí no lo hacía sentir cómodo y prefería estar en casa de Richie, los tres solos.

—Será un placer, que la noche aún no termina. —Richie los abrazó y los llevó hacia la salida—. El tiempo para la lujuria acaba de comenzar —exclamó, riendo, antes de subir a su auto.

Y como Richie había vaticinado… la noche apenas comenzaba, y terminó luego de varias horas, con los tres desnudos y completamente borrachos, cantando
We are the champions
en la alfombra del salón de su apartamento.

Capítulo 5
1

Después de la primera visita a la discoteca, Tommy se aficionó a ello y hubo pocos fines de semana que no acudiera, algunas veces con Sasha y Richie y otras, solo. Era como si la necesidad de desinhibirse, de ser admirado y deseado, de mostrarse como era sin tener que interpretar un papel, hubiera explotado con mayor fuerza en él.

Sasha entendía ese deseo de libertad que había llegado con la mayoría de edad, esa ansia de poder hacer todo lo que quisiera, de romper todos los tabúes. Lo entendía, porque él había experimentado algo similar, aunque no al grado en que lo estaba experimentando Tommy, que había crecido en una familia que lo había coartado desde la niñez.

Por eso Sasha lo dejó ser libre y se tragó su orgullo y su deseo de exclusividad: Tommy necesitaba sentirse especial y él no le quitaría eso jamás.

—¿Saldrás esta noche? —preguntó Alex asomándose a su oficina, el último viernes de febrero.

—No sé. No he hecho planes. —Sasha guardó los informes que leía en el cajón de su escritorio y le echó llave—. ¿Por qué?

—Pensé que Tommy y tú podríais acompañarnos el fin de semana a Averbury. Mi madre no se ha sentido bien e iremos a visitarla. Estarán tía Miranda y tío Gerald y quizá Larry Crane. Saldremos temprano.

Sasha asintió. La perspectiva de volver a Averbury sin Ebenezer era atractiva y en el tiempo que llevaba como asistente de Alex le había hallado el gusto a moverse en ese ambiente de gente adinerada, pensando que algún día sería como ellos.

—Genial. Pasaré por Saint Michael para decírselo a Tommy.

2

Sasha llegó a su habitación y se duchó en el baño común antes de ir a ver a Tommy. Cuando salía, encontró a Randy y Alan.

—¡Hey! ¿Irás a la reunión?

—Lo siento. Lo había olvidado. —Era completamente cierto. Las responsabilidades del laboratorio habían absorbido mucho a Sasha durante esos meses.

—Es la segunda vez que lo olvidas —reprochó el irlandés.

—Trabajo y estudio, Ran. ¿Cómo quieres que me acuerde de todo?

—Tienes una excelente memoria cuando te lo propones.

—No discutáis, que se hace tarde —dijo Alan—. ¿Irás o no?

—Temo que no, ya hice planes —mintió Sasha. En verdad lo que le apetecía era estar con Tommy.

—Nos vemos, entonces. Por cierto, ¿has visto a Patrick?

Sasha negó y se quedó mirando a los dos que se alejaban. Quizá era injusto con Randy, pero a veces se ponía muy posesivo.

«Es raro ver a Alan sin Patrick», se dijo pensando en su tímido amigo y se encaminó a Saint Michael siguiendo el camino del bosque.

A hurtadillas, se dirigió al dormitorio de Tommy e hizo lo que siempre solía hacer: llamar dos veces y abrir suavemente la puerta. Lo normal era encontrar a Tommy leyendo algo o escuchando música; sin embargo esta vez no fue así.

Tommy estaba en la cama con Patrick.

3

—Sólo tienes que dejarme hacer, ¿vale? —pidió Tommy una vez más al desnudo Patrick que lo abrazaba bajo las mantas, y lo comenzó a besar.

En medio del beso, sintió que su compañero se relajaba y sonrió interiormente. Luego de su conversación anterior las cosas seguían sin marchar entre Alan y Patrick y esa misma tarde, el propio Patrick le había pedido que le enseñara cómo ser un buen amante.

«Una lección teórica y práctica», se dijo Tommy. Y aunque no estaba muy seguro de que esa fuera la solución, ahí estaba, tratando de ayudar a su amigo. Tampoco era que no lo fuera a disfrutar, Patrick era muy dulce, sus rasgos eran finos y delicados y aunque no tenía nada destacable, en conjunto era lo que se diría un muchacho muy guapo.

Todo comenzaba a marchar bien cuando llamaron a la puerta dos veces y antes de que Tommy pudiera reaccionar, Sasha abrió.

—¡Joder!

4

Sasha se quedó helado. Una cosa era saber que Tommy se acostaba con otros y otra cosa era verlo, no porque él mismo no hiciera lo propio, sino porque, en su imaginación, Tommy seguía siendo
su
amante, por más que se acostara con Richie, e incluso con una legión.

Verlo allí fue la aceptación final de que ellos jamás llegarían a nada más que a buenos amigos y polvos compartidos con propios y extraños, pero nunca a una relación formal.

—Disculpad… no quise interrumpir. —Se las arregló para sonreír—. Seguid con lo vuestro, ya me voy.

Y desapareció discretamente.

5

Tommy se quedó paralizado por la interrupción, pero en cuanto vio la puerta volver a cerrarse le murmuró una disculpa y un «ahora vuelvo» a Patrick y, poniéndose una bata, salió tras el ruso.

—¡Sasha, espera! —Lo alcanzó en mitad del desierto pasillo—. Lo siento —dijo sinceramente—. No te esperaba y olvidé echar la llave —añadió totalmente avergonzado. No hubiese querido que Sasha lo viera así con otra persona. Jamás.

—Está bien —dijo el ruso en voz baja—. Debí esperar y no entrar de ese modo. Es la fuerza de la costumbre. —Sonrió—. Anda, vuelve a lo que estabas haciendo. Sólo vine a avisarte que Alex nos ha invitado mañana a Averbury por el fin de semana. Nos vemos.

Tommy abrió la boca para decir algo, que no quería que se fuera, que no podía esperar a verlo mañana, que no lo odiara, pero la cerró sin decir palabra. Trató de sonreír con naturalidad pero le salió una sonrisa bastante lastimosa y tras darle un pequeño beso aprovechando que no había nadie, se fue hacia el cuarto con los hombros caídos. Se sentía una mierda.

—¿Tommy? —Sasha lo miró alzando las cejas—. ¿Qué pasa?

—Yo… —Tommy se giró—. Siento que te he decepcionado. Llevo años sin acostarme con nadie en el colegio, desde lo de Grant… —añadió ruborizándose un poco—, pero Patrick me pidió ayuda. —Su sonrojo aumentó—. Y no pude negarme.

—¿Qué clase de ayuda? —Sasha lo llevó a un lado y bajó la voz. Por el pasillo venía un alegre grupo de segundo año que se los quedó mirando.

—Bueno… —Tommy se mordió el labio para inmediatamente después comenzar a murmurar rápido—: Patrick ama a Alan y yo creo que es correspondido, pero no consiguen avanzar en su relación. Se acostaron una vez pero según Patrick fue horrible y él lo hizo muy mal, así que… como él ha oído cosas sobre… mí… —Se ruborizó intensamente—, me preguntó si le podía enseñar… Y yo... bueno… pues quería ayudarle. Es triste que se amen y no estén juntos… —añadió finalmente con más amargura de la que quería mostrar.

Sasha lo miró, parpadeando varias veces como si no pudiera creérselo. Luego se ajustó los anteojos, hábito que había adoptado como estrategia para ganar tiempo cuando una situación lo desconcertaba.

—¿Tú le estás enseñando a follar? —preguntó una vez que hubo asimilado la idea. Sólo a Tommy podría ocurrírsele un modo tan altruista de ayudar.

—Esto… Sí… —Tommy tuvo la decencia de parecer totalmente avergonzado—. No podría haberme negado, me dio mucha pena. Ya sabes cómo es Patrick, tan tímido, tan dulce. Debió costarle horrores pedírmelo.

Sasha lanzó una genuina carcajada.

—Horrores… ¡cómo no! —Le dio una cariñosa palmadita en el hombro—. Pues vuelve a tu lección, antes de que el tímido y dulce alumno se arrepienta.

—Mmm… —Tommy se mordió el labio y luego tomó un pellizco de la chaqueta de Sasha antes de que se fuera—. ¿Por qué no… por qué no me ayudas? Dos profesores, mejor que uno, ¿verdad?

—¿Los DOS? —Sasha volvió a reír—. Si le costó tanto decidirse contigo, lo más probable es que al verme salga corriendo.

—Oh, vamos. Él te admira también y tú lo conoces más que yo. Estoy seguro de que aunque al principio le sorprenda, luego estará encantado. —La sonrisa de Tommy se volvió lentamente maléfica—. Además, cuando entremos cerraré con llave y no podrá huir.

El ruso volvió a reír, negando con la cabeza. Hasta el momento, el único tercero al que habían admitido en su cama era Richie, sin contar la excepcional ocasión de Rock Vulcano, y aunque la idea de Tommy no le desagradaba, se detuvo un momento a analizar cómo afectaría sus futuras relaciones. Sopesó cuidadosamente los pros y los contras, mientras Tommy lo miraba expectante. Luego de un momento, sonrió. ¿Por qué no? Eso no alteraría en nada la unión que tenían con Richie, y quizá sirviera para que dejara de estar tan pendiente de Tommy.

—Está bien, vamos.

Tommy miró a ambos lados del pasillo para asegurarse de que no había nadie, tomó a Sasha de la mano y corrió tirando de él hacia su cuarto. Como había prometido, nada más entrar ambos, cerró la puerta con llave.

La sorpresa de Patrick fue mayúscula. Primero habían sido interrumpidos por Sasha, que se había alejado para ser perseguido por Tommy y luego ambos habían vuelto al dormitorio con sonrisas e intenciones más que evidentes. Opuso una débil resistencia que fue vencida rápidamente por los dos amigos. La lección fue enseñada y aprendida, y luego de dos horas, un más que satisfecho Patrick abandonaba la habitación luego de darles a sus maestros un beso profundo y agradecido.

6

Sasha se estiró en la cama, saciada su lujuria y tranquilizados sus temores respecto a Tommy. Todo había sido tal como había dicho: Patrick quería a Alan, y quería sorprenderlo en la cama. Lanzó una risita, estaba seguro de que Alan quedaría más que sorprendido.

—No lo decepcionamos, ¿verdad?

—No lo creo. —Tommy sonrió y se estiró como un gato para luego apretarse contra el sudado cuerpo del ruso. Tan sudado como él mismo, pero en ese momento estaba tan cansado y tan saciado que no le importaba—. Ha sido una lección magistral —añadió con una risita abrazándose a Sasha y apoyando la cabeza en su pecho.

—De todos modos —siguió el ruso—, no deseo meterte otra vez en problemas interrumpiendo así. Necesitamos algún código secreto para saber si alguno de los dos está acompañado.

—Pero… —Tommy iba a replicar que no tenía pensado acostarse con nadie más en su habitación, pero justo en ese momento se le ocurrió que a lo mejor Sasha sí querría. Sabía que se acostaba con Randy, así que seguramente lo habrían hecho en su habitación y estaba completamente seguro de que él no querría encontrarse a Sasha follando con Randy. Tras un instante aceptó la idea—. Podemos atar un pañuelo en el pomo de la puerta…

—Bien —dijo Sasha, besándole la nuca—. Si el pañuelo está atado, me mantendré a distancia. No quiero que te sientas incómodo. —Iba a decir algo más, pero cerró la boca. Se hizo un expectante silencio, en el que ambos querían decirse muchas cosas. Finalmente, Sasha suspiró, recordando la disculpa que Tommy le había dado antes—. No tienes que disculparte por hacerlo en el colegio. Yo… —Hizo una incómoda pausa—. Yo a veces estoy con Randy en el
college
, o con algún otro cuando se presenta la oportunidad. Sólo ten cuidado de que no te sorprendan, o te expulsarían.

—No creo que me sorprendan. Ya no miran en las habitaciones. Creo que les da igual lo que haga, al fin y al cabo soy mayor de edad. No pueden impedir que haga lo que quiera mientras no sea en público, ¿verdad? Tampoco creo que me expulsaran, mi padre dona demasiado dinero como para que tiren por la borda la gallina de los huevos de oro.

—Siempre que no sea en público. —Recordó lo que habían hecho en el Heaven y sonrió. En esos momentos sentía que lo podían todo. Que no había nada que juntos no pudieran hacer… y aunque no pudieran decirse lo que sentían, estaba allí, dándoles esa sensación de pertenencia y de triunfo—. Y si te sorprenden, ya pensaremos en algo —susurró—. Esta noche quiero dormir aquí.

—Pues señor mío, si queréis pernoctar en estas habitaciones tendréis que pagar peaje —bromeó Tommy con una maligna sonrisa y le dio la espalda. Mirando por encima del hombro, comenzó a deslizar su mano por su propio costado, bajando a la cadera, deteniéndose apenas un instante en el cachete de su trasero y siguiendo por el muslo.

Sasha rió bajito, disfrutando del juego.

—¿Y cuál es el precio?

—Hum… —Una idea hacía tiempo abandonada cruzó la mente de Tommy y, sonriendo, supo que tal vez ahora podría cumplir el viejo sueño. Siguiendo de espaldas a Sasha levantó la pierna y estirando el muslo con la mano añadió—. Primero tendrás que introducir la llave en la cerradura, para ver si es la adecuada.

—Siempre es la adecuada —afirmó Sasha, obedeciendo sin dudar ante la invitación. Lentamente, comenzó a acariciarlo, dándole tiempo a su miembro de volver a despertar ante los insinuantes movimientos de su compañero. Lo sujetó de la cintura, susurrándole al oído—. No sabes cómo me gusta cuando haces esto…

—También me gusta a mí, si no, no lo haría —dijo Tommy con picardía mientras movía su trasero contra la ingle de Sasha, anhelándolo.

El ruso estrechó el abrazo, disfrutando de la sensación que le producía su erección ya despierta friccionándose contra las nalgas de Tommy. Despacio, comenzó a darle besitos en el cuello, que aún tenía el olor de Patrick, marcando un camino de besos hasta hundir el rostro en el hueco de su hombro.

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