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Authors: Dalton Trumbo

Johnny cogió su fusil (12 page)

Al principio tenían lechugas y guisantes y habas y zanahorias y rabanitos. Después su padre le pidió permiso al vecino para usar su terreno vacío como huerto. El hombre se sintió satisfecho con el trato ya que le ahorraba el gasto de quemar la maleza en otoño. Así que en el terreno vacío su padre cultivó maíz y calabazas y melones y sandías y pepinos. Alrededor tenía un gran seto de girasoles. A veces el corazón de los girasoles alcanzaba un pie de diámetro. Las semillas eran buen alimento para las gallinas. En un pequeño cuadrado que tenía sombra la mitad del día su padre plantó fresas perennes así que comían fresas frescas desde la primavera hasta fines del otoño.

Detrás de la casa de Shale City tenían pollos y conejos y él criaba algunos como mascotas. Dos o tres veces por semana comían pollo frito a la hora de la cena y no parecía un lujo. En invierno comían gallina hervida con pudín de frutas y patatas del propio huerto. En la época en que las gallinas ponían muchos huevos y los huevos eran baratos en la tienda su madre cogía algunos y los guardaba en grandes frascos de vidrio. Después en invierno cuando los huevos eran caros y las gallinas no ponían ella no tenía más que ir a la despensa y conseguía huevos gratis. Tenían una vaca y su madre preparaba mantequilla y suero. Ponían la leche en grandes baldes la dejaban en la galería y a la mañana siguiente la leche estaba cubierta de una crema amarilla tan espesa como el cuero. En verano los domingos hacían helado con su propia crema y sus propias frutillas y todo propio menos el hielo.

En el otro extremo del terreno vacío su padre tenía seis colmenas de modo que en otoño recogían miel en abundancia. Su padre iba a las colmenas y extraía los paneles y vigilaba las celdillas y si el panal era débil destruía todas las celdillas de la reina y a veces hasta le recortaba las alas para que no hiciera enjambre y dividiera la colmena.

Apenas la temperatura caía bajo cero su padre iba a alguna granja cercana y compraba carne fresca. Solía haber un cuarto de vaca y a veces medio cerdo colgados en la galería del fondo totalmente congelados y siempre frescos. Cuando querías un filete cogías una sierra y lo aserrabas. El filete además de ser mejor costaba mucho menos que en la carnicería.

En otoño su madre se pasaba semanas preparando dulces. Al final de la temporada la despensa estaba llena. Si bajabas a la despensa además de los grandes frascos de huevos había frascos de todas las clases de fruta imaginables. Había albaricoques en almíbar y mermelada de naranja y dulce de guinda y de grosella y jalea de manzanas. Había huevos duros conservados en zumo de remolacha y pepinillos y cerezas saladas y salsa de chile. Si bajabas en octubre encontrabas tres o cuatro grandes pasteles de fruta negros y húmedos rellenos de toronjas y nueces. Solían estar en el rincón más fresco de la despensa cuidadosamente envueltos en lienzos húmedos para que se conservaran hasta Navidad.

Tenían todas esas cosas y sin embargo su padre era un fracasado. Su padre era incapaz de hacer dinero. A veces por las noches su padre y su madre conversaban sobre ello. Fulano se había ido a California y había ganado mucho dinero en propiedades. Mengano se había ido y había ganado mucho dinero trabajando en una cadena de zapaterías hasta que llegó a gerente. Todos los que iban a California hacían dinero y tenían éxito. Pero su padre en Shale City era un fracaso.

Si uno se ponía a pensar era difícil entender por qué su padre era un fracaso tan grande. Era un hombre bueno y un hombre honesto. Mantenía a sus hijos unidos y comían buena comida comida excelente comida deliciosa mejor comida que la que comía la gente en las ciudades. Ni siquiera gente rica de las ciudades comía verduras tan frescas y pródigas. Tampoco podían conseguir una carne tan bien curada. Eso no se podía comprar con dinero. Eran cosas que uno mismo debía hacer. Su padre había conseguido hacer hasta la miel que ponían en los pasteles calientes que preparaba su madre. Su padre había logrado producir todas esas cosas en dos terrenos del pueblo y sin embargo su padre era un fracasado.

Vio la tienda que se alzaba ante sus ojos en la ladera de la montaña como una pequeña nube en la oscuridad. Nuevamente volvió a pensar en la caña y entonces supo por qué su padre era un fracaso. No era porque no pudiese mantener a su familia ni proporcionarle ropa comida y placeres. Ahora estaba claro. Su padre no tenía suficiente dinero para comprar otra caña. Aunque la caña fuese el bien más preciado de su padre ahora que había desaparecido no tendría suficiente dinero para comprar otra y por eso era un fracasado.

Cuando llegó a la tienda su padre estaba acostado y dormía. Se quedó un minuto mirándole. Luego salió y colgó los pescados. Volvió a la tienda se desvistió rápidamente y se acostó junto a su padre. Su padre se agitó. Sabía que no convenía esperar hasta mañana. Tenía que decírselo ahora. Cuando comenzó a hablar le temblaba la voz. No era por temor a lo que pudiera decir su padre. Era porque sabía que su padre nunca podría volver a tener una caña como la que había perdido.

Papá dijo perdimos tu caña. Fue un golpe repentino y antes de que lo advirtiéramos la caña estaba en el agua. La buscamos y tratamos de pescarla con los remos pero no la encontramos. Se perdió.

Parecieron pasar como cinco minutos antes de que su padre emitiera un sonido. Después se volvió levemente en la cama. De pronto sintió el brazo de su padre sobre su pecho. Sintió su presencia cálida y consoladora. Y bien dijo su padre. No creo que algo tan menudo como una caña deba perturbar nuestra última excursión juntos ¿verdad?

No había nada más que decir así que se quedó callado. Su padre había presentido desde el principio que ésa era la última excursión juntos. A partir de entonces él iría a acampar con los muchachos como Bill Harper y Clen Hogan y todos los demás. Y su padre iría a pescar con hombres. Simplemente había sucedido así. Debía suceder así. Se quedó allí junto a su padre ambos doblados como una navaja que era la mejor forma de dormir con el brazo de su padre rodeándole y él parpadeó para evitar las lágrimas. El y su padre lo habían perdido todo. A sí mismos y a la caña.

Despertó pensando en su padre y preguntándose dónde estaría la enfermera. Despertó más solitario que nunca. Echaba de menos a Shale City y su vida apacible. Echaba de menos una mirada un aroma un sabor una palabra que le devolvieran a Shale City y a su padre madre y hermanas. Pero estaba tan separado de ellos que aunque estuviesen de pie junto a su cama seguirían lejanos a miles de millas de distancia.

10

Estar acostado sin nada que hacer ni dónde ir era como encontrarse en una alta colina lejos del ruido y de la gente. Era como hacer una excursión a solas. Tenías mucho tiempo para pensar. Pensar en cosas en las que nunca habías pensado. Por ejemplo en ir a la guerra. Estabas tan solo en esa colina que el ruido y la gente no intervenían en absoluto en tus reflexiones. Pensabas para ti sólo sin considerar nada que estuviese fuera de ti. Al parecer pensabas con más claridad y tus respuestas tenían más sentido. Aunque tampoco tenía importancia que tuviesen sentido porque de todos modos no podías hacer nada con ellas.

Pensó hete aquí Joe Bonham tendido como media res para el resto de tu vida ¿y por qué? Alguien te cogió por el hombro y te dijo ven hijo vamos a la guerra. Y tú fuiste. Pero ¿por qué? En cualquier otro trato hasta para comprar un auto o llevar un recado tenías derecho a preguntar ¿y yo qué gano? De lo contrario gastabas mucho dinero en comprar autos que no funcionaban o llevabas recados que te encargaban unos tontos y te morías de hambre. Si alguien venía y te decía vamos hijo haz esto o aquello era una especie de obligación para contigo mismo detenerte y decir veamos señor ¿por qué tengo que hacer esto? ¿para quién y qué saco yo de todo esto? Pero cuando viene un tío y te dice ven conmigo y arriesga tu vida y afronta la muerte y la mutilación entonces no tienes derechos. Ni siquiera tienes el derecho de decir sí o no o lo pensaré. Hay muchas leyes que protegen el dinero de la gente hasta en tiempos de guerra pero no hay nada en los libros que diga que la vida de un hombre le pertenece.

Desde luego muchos tíos se sintieron avergonzados. Alguien dijo vamos a pelear por la libertad y fueron y se hicieron matar sin pensar una sola vez en la libertad. ¿Y al fin y al cabo por qué clase de libertad luchaban? ¿Cuánta libertad? ¿Y quién había concebido esa idea de la libertad? ¿Luchaban por la libertad de comer helados gratis toda la vida o por la libertad de estafar a cualquiera cuando quisieran o por qué? Si le dices a un hombre que no debe robar le quitas una parte de su libertad. Tienes que hacerlo. Por último ¿qué quiere decir libertad? Se trata simplemente de una palabra como casa o mesa o cualquier otra. Sólo que es una palabra especial. Un tío dice casa y puede señalar una casa para demostrarlo. Pero un tío dice vamos a luchar por la libertad y no puede señalarla con el dedo. No puede demostrar de qué está hablando así que ¿cómo diablos puede decirte que luches por ella?

No señor. Cualquiera que fuera al frente a las trincheras a pelear por la libertad era un condenado imbécil y el que le llevaba era un mentiroso. La próxima vez que alguien viniera a hablarme de libertad… ¿qué significaba la próxima vez? Para él no habría próxima vez. Al diablo con todo eso. Si pudiese haber una próxima vez y alguien le dijese vamos a luchar por la libertad él le respondería señor mi vida es importante. No soy un tonto y si cambio mi vida por la libertad tengo que saber por anticipado de qué libertad se trata y quién ha concebido esa idea de libertad de la que hablamos y qué parte de esta libertad nos corresponderá. Más aún señor ¿le interesa a usted esa libertad tanto como pretende que me interese a mí? Quizá tener demasiada libertad resulte tan nocivo como tener muy poca y yo creo que usted es un maldito embustero que habla por hablar de modo que ya he decidido que estoy conforme con la libertad que tengo aquí y ahora. La libertad de caminar y ver y hablar y comer y acostarme con mi chica. Creo que prefiero esa libertad a la de pelear por cosas que no conseguiremos para terminar sin libertad de ninguna especie. Terminar muerto y putrefacto antes de empezar a vivir o terminar convertido en media res. Gracias señor. Luche usted por su libertad. A mí no me interesa.

Por Dios los tíos siempre habían luchado por la libertad. De alguna forma Norteamérica luchó por la libertad en 1776. Muchos murieron. Y por fin ¿acaso Norteamérica tiene más libertad que Canadá o Australia que no pelearon? Tal vez sí no lo discuto sino que sólo pregunto. ¿Acaso es posible señalar a un tío y decir es un norteamericano que luchó por su libertad y cualquiera puede darse cuenta de que se trata de un tío distinto de un canadiense que no luchó? No por Dios no es posible y ésa es la cuestión. Así que tal vez muchos tíos con mujeres e hijos que murieron en 1776 no tenían necesidad de morir. De todas formas ahora ya habrían muerto. Por supuesto pero eso no cambia las cosas. Un tío puede pensar que dentro de cien años estará muerto pero no le preocupa. Pero pensar en morir mañana por la mañana y estar muerto para siempre y no ser más que polvo y pudrirse en la tierra ¿eso es libertad?

Esos bastardos siempre luchaban por algo y si alguno se atrevía a decir al diablo con esta lucha todas las guerras son iguales y nadie saca nada bueno de ellas entonces le gritaban cobarde. Si no luchaban por la libertad luchaban por la independencia o la democracia o la autonomía o la honestidad o por el honor o la tierra natal o cualquier otra cosa que no significaba nada. La guerra se hacía para salvaguardar la democracia para los países pequeños. Para todo el mundo. Entonces cuando la guerra se haya terminado el mundo habrá salvado la democracia. ¿Era así? ¿Y de qué clase de democracia se trata? ¿Y cuánta? ¿Y de quién?

Después estaba esa independencia por la que los pobres diablos se hacían matar. ¿Independencia de otro país? ¿Independencia para trabajar enfermarte o morir? ¿Independencia de tu suegra? Por favor señor dénos una factura de venta por esa independencia antes de que nos hagamos matar. Dénos una factura bien detallada para que podamos saber por anticipado por qué nos matan y además dénos también una primera indemnización en calidad de garantía para asegurarnos de que después de la guerra disfrutaremos del mismo tipo de independencia por la que hicimos el trato.

Otra cuestión la decencia. Todo el mundo decía que Norteamérica luchaba por el triunfo de la decencia. ¿La decencia concebida por quién? ¿Para quién? Hable. Díganos qué es la decencia. Díganos hasta qué punto un hombre muerto decente se siente mejor que un vivo indecente. Haga una comparación con cosas concretas como mesas y casas. Hágala con palabras que podamos entender. Y no hable del honor. ¿El honor de un chino o de un inglés o de un norteamericano o de un mexicano? Ustedes que quieren luchar para resguardar nuestro honor explíquennos qué diablos es el honor. ¿Acaso luchamos para que todo el mundo goce del honor norteamericano? Puede ocurrir que el mundo no esté de acuerdo con eso. Quizá los isleños de los mares del sur prefieran su propio honor.

Por el amor de Dios dénos cosas por las que pelear que podamos ver y sentir y tocar y comprender. Basta de discursos pomposos que no significan nada como tierra natal. Madrepatria padrepatria tierranatal. Es todo lo mismo. ¿Para qué coño le sirve a usted su tierra natal después de muerto? ¿De quién es esa tierra natal después de su muerte? Si a usted le matan luchando por su tierra natal es que ha hecho un trato a ciegas. Ha pagado por algo que no obtendrá jamás.

Y cuando no podían enganchar a los pobres diablos para luchar por la libertad o la independencia o la democracia o la decencia o el honor usaban a las mujeres. Miren esos puercos alemanes decían miren cómo violan a las hermosas muchachas francesas y belgas. Alguien tiene que acabar con esa violación. Venga usted jovenzuelo únase al ejército y salve a las hermosas muchachas francesas y belgas. Y entonces el chaval se quedó perplejo y firmó y poco después estalló una granada y su vida se esparció en roja pulpa de carne y quedó muerto. Muerto por otra palabra y por todos los viejos y feroces murciélagos de la DAR
[5]
que salen gritando ¡viva! sobre su tumba hasta quedarse roncos porque murió por la feminidad.

Ahora bien es posible que un tío arriesgue su vida si sus mujeres fuesen violadas. Pero en ese caso sería sólo una forma de cerrar un trato. Sencillamente diría que en ese momento sentía que la seguridad de sus mujeres valía más que su propia vida. Pero no había nada particularmente noble o heroico en ello. Era un trato claro. Su vida a cambio de algo que él valoraba más.

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